Los noche de oracion Diarios
Sin embargo, confieso, que es un reto, porque muchas veces me apetencia la impaciencia y caigo en la desesperación y la falsa duda de pensar que no has escuchado mi oración y que todo saldrá en mi contra. Por ello, antes de acostarnos, debemos consagrar un tiempo a Dios y agradecerle por todo aquello que nos ha permitido estar. Al mismo tiempo